El vacío fértil como parte del emprendimiento personal

Si eres una mujer emprendedora, independientemente de cuál sea tu negocio o proyecto empresarial, tal vez hayas experimentado alguna vez, una “sensación de vacío” cuando has empezado a sentir que algo en tu vida que antes te hacía vibrar, empieza a dejar de hacerlo.

Que lo de antes, ya sea un trabajo, una forma de pensar o tu manera de ver la vida, empieza a dejar de tener sentido para ti.

Que no sabes todavía lo que deseas con total claridad, pero, sí sabes lo que ya no quieres más en tu vida.

En definitiva, sientes la necesidad de realizar un cambio y terminar con lo que ya no te sirve o aporta.

Esta sensación de vacío o falta de conexión, puede darse en una conversación con alguien, en una reunión de amigas, en una relación de pareja, o en un encuentro familiar/social. Nos puede pasar muchas veces a lo largo de nuestra vida. Pero hay algunas de ellas que serán mucho más trascendentales que otras. Por eso es importante conocer en qué consiste ese vacío y cómo hacer que sea fértil, para que emerja lo genuino de nosotras mismas, tal y como nos indica Fritz Perls, padre de la Terapia Gestalt.

Yo he experimentado ese vacío en diferentes momentos de mi trayectoria vital, pero la vez que supuso un mayor punto de inflexión para mí, fue cuando empecé a sentir que mi trabajo como psicóloga en proyectos de intervención psicosocial, acompañando a personas de colectivos en riesgo de exclusión social, ya no me motivaba, no me llenaba. Incluso me bajaba la energía en mi día a día. Cuando yo había disfrutado plenamente de ese trabajo durante casi 20 años de mi vida.

Sin embargo, llegó el momento en el que empecé a sentir que necesitaba cerrar ese ciclo a nivel profesional, y sabía que eso iba a repercutir en las demás áreas de mi vida. Aparecieron los miedos, las resistencias al cambio, las dudas, inseguridades, bloqueos, los juicios, … así como las opiniones externas sobre la toma de decisiones importantes del camino a seguir. 

Cuando esto sucede, cuando sientes que necesitas cerrar una etapa o un ciclo en tu vida, que lo de antes ya no te sirve, y al mismo tiempo no sabes cuál es el camino a seguir, ni qué va a ser de ti a partir de ahí, aparece una vivencia de vacío, que a veces puede vivirse como una “experiencia de crisis existencial” y que a su vez puede llevar de la mano episodios de ansiedad.

Es importante auto-observarnos y tomar consciencia de esto. Pues, aunque pueda parecer algo negativo, realmente se trata de una maravillosa oportunidad de cambio y/o transformación en nuestras vidas.

Ahora bien, transitar ese vacío puede ser realmente duro pues nos vamos a encontrar con nuestros peores demonios internos. Y probablemente, nos surja el deseo de llenar ese vacío lo más rápidamente posible para calmar nuestra ansiedad.

Por eso es importante diferenciar entre: el vacío estéril y el vacío fértil.

– Cuando huimos de tocar con lo incómodo, doloroso o desagradable de sentir la incertidumbre y el miedo a lo desconocido, tratando de llenarnos con lo primero que encontramos (relaciones, sustancias, experiencias, cosas, etc.) con tal de anestesiar la angustia emocional, entonces nuestro vacío se vuelve estéril.

– Sin embargo, cuando nos atrevemos a dejarnos sentir en el vacío, abrazando el silencio y la nada que lo envuelve, nos encontramos que de esa nada emerge un todo, y ese todo resulta ser nuestra verdadera esencia auténtica y genuina. Quien de verdad somos. Es entonces cuando el vacío resulta fértil

Porque dejamos tiempo y espacio para que sea posible crear una nueva forma de sentirnos y vivir nuestra vida, más conectadas con nosotras mismas. Menos condicionada por lo externo: los “deberías y tendrías que”, por la mirada de los demás, por los juicios y/o críticas de la gente, sus opiniones y miedos propios, …

Y para ello, es necesario llevar nuestra mirada hacia dentro, prestarnos atención y darnos cuenta de lo que sentimos, de lo que pensamos, de cómo nos comportamos, … aunque a veces podamos creer que estamos atascadas y que no nos estamos moviendo lo suficiente hacia nuestro propósito.

Es importante ser amables con nosotras mismas, respetarnos en nuestro proceso y ritmo personal. Comprender que todo requiere tiempo y hay que tenernos a nosotras mismas paciencia.

Sería algo así como, si queremos cultivar una nueva cosecha de verduras bien ricas, la tierra donde plantar las semillas de lo nuevo ha de ser limpiada, removida, vaciada de restos de anteriores cosechas, para que pueda crearse y crecer nueva vida. Y el crecimiento de esa nueva semilla necesitará su espacio en la tierra, su tiempo, la energía del sol, nutrientes, etc.

Así, el vacío fértil es un lugar donde todavía nada ha florecido, y por el simple hecho de no haber nada, lo más fascinante que puede ocurrir es que surja, florezca o crezca algo nuevo si sabemos esperar. Es un lugar donde se encuentran potencialmente todas las posibilidades creativas. Y ese algo nuevo (proyecto, relación, idea, …) nacerá desde una nueva mirada también. Con mayor autoconocimiento personal y más conectada con tu esencia, lo auténtico que hay en ti.

Una metáfora que me gusta mucho, es la del vacío fértil como un armario o habitación que vacías de todo lo viejo que ya no quieres en tu vida, lo antiguo que ya no te sirve, cosas que te hacen vivir con una energía más densa y pesada. Cuando ves el armario o habitación vacíos, puede parecerte que ya no hay nada, pero lo que hay al sacar todo lo viejo, es un espacio libre y disponible para llenarlo con lo que de verdad deseas en tu vida, para sentirte bien contigo misma.

Ahora bien, el proceso de tomar consciencia de soltar y desprenderte de lo que ya no te aporta en tu vida puede ser difícil y costoso, pueden aparecer apegos de todo tipo: a personas, a costumbres, a objetos, a relaciones, … Nos encontraremos con nuestras inseguridades y miedos.

Por eso, muchas veces, para poder transformar el vacío estéril en un vacío que sea fértil, podemos necesitar realizar un proceso de autoconocimiento y desarrollo personal de la mano de un acompañamiento psicoterapéutico profesional. Pues aparecerán cuestiones importantes pendientes de resolver, asuntos inconclusos por cerrar, emociones que aprender a gestionar, y un largo etcétera por experimentar y atravesar.

Es por ello, que el camino del emprendimiento profesional lleva implícito un auténtico viaje de autodescubrimiento personal. Y cuando nos damos permiso para desafiar lo establecido, cuando nos atrevemos a soltar lo conocido y saltar al vacío, podemos encontrarnos con un mundo nuevo lleno de posibilidades.

¿Te resulta familiar esta sensación de vacío en tu camino de emprendimiento profesional o en otros ámbitos de tu vida?

¿Te sientes identificada con ese poder florecer desde tu yo más auténtico?

¿Te gustaría transformar el vacío estéril en fértil en algún aspecto de tu vida?

Si te apetece compartir tu experiencia o hacerme alguna consulta, estaré encantada de escucharte.

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